jueves, 7 de julio de 2011

Verdades como puños: Las chorradas de mi padre

El aspirante a guionista Justin Halpern tenía 28 años cuando aceptó un empleo de columnista para Maxim que le permitiría trabajar desde su casa y mudarse a vivir con su novia. Claro que ella no opinó lo mismo y lo dejó plantado en la calle. Compuesto y sin novia no tuvo más remedio que pedir asilo en casa de sus padres. Claro que había un pequeño problema: Sam, el padre de Justin, parece un híbrido entre Sócrates y Atila el Huno. No es que sea un mal tipo, simplemente la palabra "diplomacia" no existe en su vocabulario. Y además se acababa de jubilar, con lo que se pasaba el día entero en casa.
Fue precisamente ese compendio de consejos disfrazados de exabruptos lo que hizo que Justin abriera una cuenta de Twitter (@shitmydadsays) para compartir la "sabiduría" de Sam. En apenas unas semanas sus seguidores se contaban a miles. Los productores de TV iban detrás suyo para hacer una serie de TV basada en el personaje de su padre (Sh*t my dad says, que finalmente interpretaría ni más ni menos que William Shatner).
Justin publicó Sh*t my dad says, un recopilatorio de anécdotas y de las mejores frases que aquí han titulado Las chorradas de mi padre (nombre con el que se ha traducido la serie de TV).
Lejos de ser un mero fenómeno mediático, las páginas de Las chorradas de mi padre contiene perlas de sabiduría presentadas como vitriolo escupido. Queda claro que Sam Halpern es una persona que, si bien carece de tacto en la mayoría de situaciones, profesa un amor indiscutible hacia su familia. El texto, si bien breve, es lo más desternillante que he leído en mucho tiempo y, por encima de todo, se entrevee que no es un producto falseado. Y es esa honestidad la que hace que, pese a su carácter, el lector acabe por caerle bien Sam.
Además, si encima lo lees imaginando que es William Shatner quien habla, la combinación es explosiva.
Un texto imprescindible, no sólo para pasar el rato sino como ensayo filosófico.

No hay comentarios: