sábado, 8 de noviembre de 2008

N. del T.

Andaba yo pensando en cuál podría ser un tema adecuado para estrenarme aquí en casa del sr. Blackhand cuando me informaron de que tengo pendiente la lectura de la edición española de The Wee Free Men, el primero de una saga de libros juveniles escrito por Terry Pratchett.
Hacía mucho, mucho tiempo que no leía a Pratchett en castellano; gran cantidad de sus juegos de palabras y gags son tristemente intraducibles, y las decisiones tomadas para hacer el asunto "entendible" por el lector de a pié no suelen ser de mi agrado. Demasiado, se pierde demasiado por el camino...
Esta línea de pensamiento (aguantad ahí conmigo, que he ido a propósito a por la pipa, la bufanda y la boina para escribir este post) ha hecho que me acordase de un detalle que, por lo que parece, se ha perdido: yo recuerdo que antes, en algunos libros te encontrabas las legendarias N. del T. (Nota del Traductor, para los amigos) donde el sufrido personaje te explicaba que se había encontrado con uno de estos elementos de dificil traducción, o te ponía en antecedentes para que cogieses la idea tras la palabra, frase o expresión.
Estas notas eran una especie de puente hacia el otro idioma que se han ido perdiendo, al menos dentro del género que leo. ¿Qué pasa? ¿La fantasía, el terror y la ciencia ficción son tan poco serias que sus lectores no merecen explicaciones y se han de conformar con traducciones mediocres y adaptaciones caprichosas? ¿Es decisión editorial, y los pobrecitos traductores sufren tanto como el lector bilingüe? Porque sonará pedante, pero yo tuve que ir a lavarme los ojillos con lejía después de leer "strawberry blonde" traducido como "rubio fresa" en una novela. Eso duele.
No entiendo por qué se nos niegan esas pequeñas explicaciones y nos hemos de tragar chistes mutilados, expresiones "adaptadas" para que las entendamos, y párrafos sin gracia (¡o sin sentido!).
En el lado positivo, mi inglés leído les debe mucho a los traductores españoles. Primero por estimular mi curiosidad con dichas notas y hacerme ver que no leía la historia como debería ser; y luego privándome de ellas y dejándome notar que a algunos les gustaría trabajar en otra cosa.

3 comentarios:

Morgan Blackhand dijo...

Pratchett no es precísamente el autor más sencillo de traducir. A mí me pasó lo mismo con William Gibson: en inglés es otro mundo. ¡Viva la V.O.!

Ms. Delphine dijo...

De Pratchett precisamente te pierdes con facilidad el 30% con la traducción, según quien traduzca.Pero el ejemplo del strawberry blonde viene de una novela de Stephen King, que de florituras pocas...es un problema extendido. Sólo que me lo ha traido a la cabeza este libro (por cierto, bastante bien traducido/adaptado, parece ser, según me cuentan; lo sabré en un dia o dos).

Blue Priestess dijo...

Con lo que me gusta a ní poner notitas bien gordas...

Sí, la verdad es que se echan de menos...